Agrigento

Fascinaste a aquellos que,

desplegando velas

por las saladas aguas,

navegaron hacia lo desconocido

hasta que,

exhaustos y deslumbrados

por tus acantilados blancos,

acercaron a la costa

cóncavas naves

empapadas ya sus maderas.

Deudores de los dioses,

tallasteis fosilíferas rocas

elevándolas majestuosas

construyendo así,

una arquitectura votiva,

grata a los insaciables destinatarios.

¡ Esfuerzo humano

para satisfacción divina !

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