
Unas notas del arpa, inician
el Adagietto de la 5° de Mahler.
Lento en el Adagio, van apareciendo notas,
como la luz crepuscular sobre el agua en movimiento
que se deshace en esquirlas iluminadas
y que forman el haz del sol en el momento oscuro de las horas,
al final, en el límite del día.
Juntas las notas van formando melodía y las cuerdas,
melancólicas, arrastran y lo envuelven todo,
en un paroxismo de los sentidos,
desposeídos de luz.
Solo iluminan los sonidos.
Y viceversa ¿no?.Para mí profana en música, las palabras de tu poema iluminan y enriquecen los sonidos.
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