El paso de los años no ha borrado
lo extrañamente hermosos que son tus labios
cuando te beso,
viajando con ellos al pasado.
Y aún en la noche, al contemplar la luna,
siento que es liviano el peso de los años,
generosa es la costumbre,
que fabrica la añoranza disponible.
Iguales calles de igual forma transitadas.
Bellos paisajes, durante tantos días que pasaron,
pisando las hojas caídas del tiempo,
con el mismo sonido de nostalgia,
de unos pies algo más cansados,
pero intactos de ansias y emociones,
por senderos, con deseo común de transitarlos.
Siluetas que van dando forma a una historia
que ahora somos, mirando a la luna,
preludiando el alba que siempre llega.
Una lección de optimismo vital encuentro siempre en tus poemas.
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