El último fragmento de la sombra, deja de existir al alejarse la luz, invadiendo el enorme vacío de la noche, existiendo porque de ella era parte. Discontinuo vacío llenándose de pronto, de destellante luz marcando todos los rastros y huellas de la tierra, con lenguaje secreto y frecuente, cuyas claves guarda ferreamente la memoria, para que todo resulte cotidiano.
