Un recuerdo, del pozo de los silencios,
con cimientos en lo más profundo
nos derrama en un instante
chorros de nostalgia y dulzura,
postergando nuestro ahora,
solo revivir y tomar aliento.
Nos recostamos,
nos llenamos de serenidades,
algunas veces de tristeza húmeda,
miramos cómo transcurre el recuerdo,
transformado al revivirlo,
en ese entusiasmo de lo pasado,
que ayuda a tirar del presente,
hacia ese futuro nunca conocido.
Hasta que en un recodo del entusiasmo
nos salimos a la vía del ahora.
