Toda la luminosidad,
todo el esplendor,
todo el fulgor del sol en la mañana, no entraba
a iluminar el rapto de Perséfone hacia el Hades
en la oscura cámara mortuoria del túmulo en Vergina.
En un mural y en magnífico escorzo,
muestra cómo la diosa se resiste
a prescindir de la luminosa mañana,
encerrada en su tenebroso destino.
Su madre desesperada e inquieta,
aborrecibles males al mundo vaticina.
Tan solo una nota de color púrpura,
muestra su manto en cadenciosos pliegues,
mientras estira los brazos hacia la luz perdida.
Pronto el pacto entre los caprichosos dioses,
hará que anualmente renazca de la oscuridad
la florida y esplendorosa primavera.
