Antes que se extinga su mañana
el hombre detiene sus pasos
para penetrar en el corazón del tiempo
y ver cómo éste huye como sombra,
que el crepúsculo levanta, por un sol
sin promesa de un feliz mañana.
Entre sombras, a la espera,
que cierta luz y no del Alba,
llegue a disipar la niebla.

¿No te has planteado que quizá si lo supiéramos todo y si se disipase toda la niebla la vida perdería mucho interés?
Ah!pero cuánto nos gustaría…
Ser como dioses ¿no? y ,sobre todo,ser inmortales…
Pero entonces no seríamos humanos y ¿de verdad queremos eso?Yo ahí lo dejo…
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