Es invierno en los árboles.
Los pájaros traen, en sus picos,
primicias de primavera,
que el aire se lleva
porque no es tiempo aún,
de calentarse la tierra.
En un recodo del camino,
entre helechos y madreselva
unas prímulas amarillean,
como un fogonazo iluminando,
tanto verde de las yerbas,
que mirando sorprendidas dicen:
no es tiempo aún de primaveras.
Las luces del crepúsculo doran
las crestas desnudas de los árboles,
conteniendo el aliento suspiran,
por las últimas fronteras de la tarde.
Lentamente van las sombras
colgándose en silencio,
de las ramas de los árboles.
Breves gestos, casi invisibles,
para los ojos habituales.
El invierno, primulas ansiosas pr salir y regalar colores de primavera, pero el invierno con su belleza desnuda, sus ramas secas, tapiza el prado de blanco invita a observar el frío en toda su paleta de color..
Seguid observando y escribiendo poemas que regocijan alma y cuerpo.
Los árboles nos hablan. Tienen su propio lenguaje. Ellos siempre merecen un poema. Salud
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El invierno, primulas ansiosas pr salir y regalar colores de primavera, pero el invierno con su belleza desnuda, sus ramas secas, tapiza el prado de blanco invita a observar el frío en toda su paleta de color..
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