Como gota de sangre sobre el trigal
sola en medio del ardiente amarillo,
elegiste retardar tu estancia.
Ya pasaron los verdes trigales
inundados de rojos.
Tu decidiste agosto y sola,
con todo el amarillo mar para ti.
Contemplo tu balanceo,
frágil, suave, delicado.
La puntual aurora
añade un ligero color morado
al rojo de tus pétalos.
El rojo intenso del mediodía,
lo engrandece el sol.
En el ocaso, pierde intensidad
y tiemblan, con temor, los pétalos.
La escasa brisa del atardecer,
desprende uno ya ajado...
Maravilloso poema, deliciosa manera de describir la belleza de la sencillez
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