La noche arrastró los metálicos astros
descendiendo por la ladera
del otro lado del monte, para
dar paso a un viento precursor
de la alocada Aurora, sonrosada,
arrastrando el día y aproximando el cielo
Descubriendo lo negro de las sombras,
que la noche ayudo a ocultar,
muchas corren y desaparecen
perdiendo su oscuridad,
y donde estaban, sin recordar cómo era,
aparece claridad,
¿sombras luminosas?
Los límites se extienden ampliando el espacio.
Adornando el silencio de los bosques,
inician su canto los pájaros.
El rocío amanece encendido de luces.
Van destacándose, setos, árboles, casas...
Veo llenarse de todo lo que la noche negó.
El día es firme y apuntala sus colores.
El estruendo del sol me azota la cara.
Y me siento surgir entre las cosas.
El amanecer ha pintado un nuevo día.
Hoy me gusta tu juego con la paradoja.¿Sombras luminosas? Sí, por suerte,de la mayor oscuridad surge,a veces,la luz.
Cada día hay una nueva luz ,para iluminar tu acendrado panteísmo,que tanto te reconforta y que permanecerá cuando no estemos,por suerte,también;
Porque la envidia ontológica de un genuino vitalista siempre es sana.
Hoy me gusta tu juego con la paradoja.¿Sombras luminosas? Sí, por suerte,de la mayor oscuridad surge,a veces,la luz.
Cada día hay una nueva luz ,para iluminar tu acendrado panteísmo,que tanto te reconforta y que permanecerá cuando no estemos,por suerte,también;
Porque la envidia ontológica de un genuino vitalista siempre es sana.
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