Etérea mariposa,
recién transformada
de devoradora larva,
vuelas ahora,
sin prisa aparente,
buscando,
con tus finísimas antenas
la mejor flor
donde desenrollar
tu alargada lengua
y llegar a lo más íntimo
de aquella que adorna la rama.
Acabas de cambiar
forma,
hábitos de comida,
preparado los mejores
y más vistosos colores,
para que tus alas
sean atractivas,
al fin de perpetuarte.
Y tan sólo tienes
unas horas por delante
para llevar a cabo
¡tanta tarea!
Silenciosa y sosegada
Incluso, me parece,
pierdes tiempo
contemplándome
desde el exterior de la ventana.
¡Oh! especie humana
Sin tiempo a libar,
sorbo a sorbo la vida.

Como siempre te comento,todo poeta temporalista es también un gran elegíaco.Ya sabes «se canta lo que se pierde» y existe la nostalgia por lo que nunca se tendrá o se sabe fijo que se va a perder, pero, al contrario de lo que pudiera parecer, esos poetas suelen ser grandes vitalistas, que aman la vida como nadie y la disfrutan a tope, en su más mínima belleza.
Esa mariposa- todos nosotros-sin tiempo para libar SORBO A SORBO la vida, demuestra que tú eres las tres cosas: un poeta muy preocupado por el paso del tiempo , un sensible poeta elegíaco y, sobre todo, un gran vitalista.
Porque esa mariposa nos trae ecos de «las verduras de las eras»…de Manrique.
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