El impetuoso otoño y sus colores
irrumpió desde el estío sin mostrar
su verdadera osadía cromática.
Como un heraldo voceando avisos
teñidos de rojos, pardos y amarillos,
sobrios dorados que las hojas visten
como últimas galas antes de la entrada
desnuda y blanca del invierno.
Atrás queda el exuberante verde
que envolviendo el bosque oscurecía
los recónditos rincones refugio de las aves
dejando pasar entrecortada la luz
en un claroscuro, equilibrando
la variada distribución de luces y sombras.
Haces luminosos en destello,
de un sol de rayos inclinados
dan un tinte especial a los objetos.
repitiéndose, aquí y allá, en un eco luminoso,
donde La Tour se mostraría extasiado.

Qué maravilla cuando el pincel son las palabras!!!
Cuida ese pincel que es un don especial que se te concedió y gracias por compartirlo.
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