Cuando el día se incendia
con la enigmática hoguera del ocaso,
la noche se adentra entre los árboles,
como salida de las ocultas raíces,
y surge la alegría en las estrellas, colgadas
de la ramas, por la lluvia ya pasada,
como un firmamento cercano y fijo,
a quien las estrellas miran admiradas,
creyendo verse en un espejo iluminado.
Dos firmamentos enfrentados.
Las estrellas quieren ser gotas
y acercarse más al árbol.
Las gotas suspiran por estar altas
y contemplar desde arriba al mundo,
que contiene su universo cotidiano
Qué bonita manera de describir la noche. Me ha encantado.
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Gracias por tu observación
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Buen día
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