Subes los escalones de piedra.
Aun sin desgastar por el uso,
que otros admirarán pasado el tiempo asombrados,
y compruebas cuan firme deja la pisada
cuando te diriges con tu vaso votivo hacia lo alto.
El trípode está preparado para que asciendas también a él
y proclames el devenir.
Tan solo a ti te es dado saber
lo que oculta el velo espeso del futuro.
Por eso todos te admiran y respetan,
mientras respiras los vapores que te ahogan el pecho
y temes tener que vaticinar tu muerte,
pues cada vez te asfixias más.
Es el pago por ver más allá de lo cotidiano.
