Clavado en el aire un pensamiento,
roza las copas de los árboles,
en un bucle del aire se hace hoja,
que en otoño cae rozando la corteza
áspera del roble y queda prendida
de un musgo verde que lo ciñe.
En la cárcel feliz de la costumbre,
inicia un vuelo con la brisa,
busca en el suelo su aposento
y en un rayo de sol que la ilumina,
en un bello pájaro se transforma,
rápido y veloz hacia el azul.
Veo la luna sonriente en la tarde salir,
aún en el contorno del monte, el sol
resplandece oscureciendo el día.
El humo de las chimeneas se estanca
sin salida en el valle…
Una suave brisa me coloca sobre el humo
disuelto entre las flores, una hoja.
Oscuro y somnoliento pienso.
