La llegada de la primavera dilata el día
llenándose de luces y aromas,
transportados, en sus trinos,
en la frenética actividad de los pájaros.
Sorpresa al inicio del solsticio,
que la costumbre luego trastoca en
plácida y calurosa monotonía.
Acordándome de lo veloz del tiempo,
deseo atrapar estos momentos,
a sabiendas de que el ciclo ha de volver.
Así en rápida carrera vuelan los días,
acercándose a un destino,
previsto pero difícil de entender.
