Despertares

                                       A Pili

Las nubes sonrosadas
con bordes luminosos al vacío
quedan estáticas contemplando,
como el alba,
elimina sombras de las rocas.
Desde el mar de una gota de rocío
sobre la rosa tímida en la mañana,
despliego velas blancas de mi barco,
si el aire sopla blandamente,
al navegar en el paisaje que la aurora
ha pulverizado de diminutos soles
y la rosa adornado con aromas.

Rayos de sol

Al igual que el sol,
en los límites del monte
pierde solidez en alguno de sus rayos
y los otros,
como queriendo suplir su falta,
parece que la incrementan
y más que esconderse en las sombras,
parece que sale en la mañana tras la aurora.
Así la vida en sus atardeceres,
muestra signos de euforia
para después arrebatarla y dejar
que se deslice al otro lado de la montaña.

Martín pescador

Los días de alción son templados y tranquilos.
Un dios sol brillante y sangriento,
reflejado en cualquier playa no es un misterio.
Los límites de todo se han desvanecido.
El mundo se manifiesta en toda su crudeza,
ante la arrogancia humana de ser dios,
tratando de agarrar y asir el más allá,
el dios eternamente inalcanzable.
Pero, éste hace una tregua, en el vano esfuerzo,
templando y amainando los vientos,
para que el Martín pescador,
rehaga y ordene su nido

Foto: MJ Udina

La constelación

En un resplandor de pura nada,
se extendía en el cielo la constelación.
Un puñado de puntas de daga brillando
en el silencio opaco de la noche.
Lo distante parece que se vuelve cercano,
pero no resuelve el enigma,
son zafiros que delimitan la noche
en su vacío sin límites, donde,
avanzamos a tientas y
esas luces dagas, no indican destino,
tan solo entretienen el camino.

Tarde invernal de primeros de marzo

Tarde invernal de primeros de marzo.
Las nubes grises, de tan juntas,
han pintado el cielo de un continuo
gris metálico y se han atrevido a mojar
las primeras flores asustadas del cerezo
con una lluvia fina e imparable.
Enfrente, en la ladera y debajo del calcáreo roquedo,
los árboles aún desnudos forman una masa oscura
que se va también, como el cielo, compactando
en un oscuro color, con algún atisbo de verde,
mientras cae la tarde de manera anodina.
Guardo en la memoria otros coloridos atardeceres,
de los que mi retina revive para darle algo de color
a una tarde invernal de primeros de marzo.