Gotas de rocío en la mañana,
lágrimas derramadas por la aurora
teñidas de su color rosado,
adornan los brotes tiernos del arce.
Huellas de que el tiempo existe,
pues al mismo paso del rosado y cotidiano inicio,
otras lágrimas en el dorado estío,
lucirán brillantes sobre verdes hojas,
rojas más tarde, cuando el árbol,
en todo su esplendor brille.
¿Es la aurora la que rosada y puntual sale
o es el árbol el que marca el tiempo con su atuendo?
