Vuelan dos cuervos sobre el fondo azul
retazos de noche cortejando el día
despojados de la negra oscuridad
recorren el infinito derroche de luz,
lo oscuro fundiéndose con lo claro.
Cuando el día se hunda en el horizonte
y Sueño, reposo y sosiego del mundo,
derrame su licor de adormidera y modorra,
haciendo soportables las tinieblas,
en lo alto de la silenciosa negrura,
por dos trozos como rotos, el día,
observará con inquietud la noche.
