Escucho el silencio cargado de sonidos introduciéndose en mis oídos, como un susurro, derramándose por todo mi cuerpo como la espuma del mar cuando el barco corta la superficie ondulada. Siento esa espuma instalarse en mi cabeza buscando imágenes que correspondan con los sonidos del silencio y ajustarlos. Difícil tarea, pues hay imágenes que no encajan con silencios sonoros, pero sí con silencio. Así nos dimos el primer beso, Así descubrimos el arte de Venus y así, en silencio, dimos gracias a aquellos primitivos organismos unicelulares que perseveraron para que ahora estemos aquí, contemplando al imponente y luminoso, dador de vida, traspasar la línea de la montaña, dejándonos todo iluminado de una luz silenciosa. El sigue en su tarea de revolver en los recuerdos en busca de imágenes anodinas, nosotros seguiremos contemplando el silencio.