Roca madre

De la cantera de Paros
arrancado de su origen
un blanquísimo bloque marmóreo
aguarda, sobre rodillos,
a ser transportado.
La madre roca,
desde su herida,
lo contempla con tristeza.
Tu destino no será
esquina de templo.
Confía en tu belleza interior
y no olvides tu procedencia.
Otros hermanos saldrán tras de ti.
En un lugar os esperan,
hombres hábiles,
que con sus cinceles,
y a golpes, os quitaran
estas rústicas vestiduras
mostrando el moldeado cuerpo
de una Venus
o el musculoso torso
de un Hermes.
Seréis admirados por todos.
y recordad,
que antes,
grandes fuerzas sin cinceles,
os formaron también
para ser admiradas
en destinos menos importantes.
Yo seguiré aquí,
testigo de vuestra procedencia,


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