Aparece vestida
con su manto agujereado.
Todo es negro abismo.
Emergen los sonidos.
Los olores se hacen más presentes.
Se oye el silencio...
Llegan olores de día terminado,
a hierba recién cortada,
a sudor en la tierra depositado,
olor antiguo de amargas injusticias.
Gritos de dolor tantas veces sofocados,
se confunden en este silencio aprisionado
en que todos esperan que la Aurora
traiga nuevas ansias renovadas.

Gran poema.
Me gustaLe gusta a 1 persona