Sonidos de la noche

Encendidas las estrellas en la noche
el silencio inquieto no puede reposar.
Hay sonidos que se extinguen y retornan.
La curuxa, con su canto cadencioso y enigmático
provoca expectación en la espera que se repita.
Un perro ladra en la lejanía.
Otro responde más cerca y
la curuxa calla.
La luna sale por la cresta del monte
y aunque ilumina las dos rosas del rosal,
éstas, calladas, susurran aromas.
No llega a oírse el ruido de las estrellas
organizando las constelaciones, incluso una
que se marcha fugaz sin fijarse a nada,
silenciosamente sale de la noche iluminada.
Sé que todo está a la espera de que
se apaguen las estrellas y jirones de luz
de un solo astro, extingan las sombras,
inundando, el vacío, nuevamente de vida.

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