¿Puedo sin la mirada distinguir la grandiosidad del bosque? Ahora, en primavera, lleno de sutiles acontecimientos, no me sacian los sonidos de los pasos entre las hojas secas, ni solo el canto mezclado de los pájaros, ni el agua presurosa del arroyo... Ahora la vista, prevalece entre los otros sentidos sin apagarlos. Diminutos brotes en las ramas, empujan por manifestar su interior. En algunos árboles prematuros, ya lucen, nevados, por la flor. Las praderas llenas de prímulas y en las orillas verdes del río, los narcisos quieren asomarse al espejo que les brinda el cauce. Ahora se completa el rumor de sonidos con coloridas formas y movimiento.