La vida es lo que llega a cada instante, pero también hay vida en lo pasado. Lugares, sonidos, colores, que el tiempo va enterrando, pero vuelven cuando se produce el milagro del recuerdo. Surgen de repente. Abrir una ventana y ver otro paisaje: el mar en la montaña y una suave brisa marina donde antes llovía a raudales. Algunos modificados por el tiempo, pero gratos al revivirlos y comprobar que no son olvidables, aunque te embriagues con nepente. El olvido vendrá cuando sacie la sed en las aguas del Leteo.