Una bandada de gaviotas
se levantan del montón de basura.
Restos de desperdicios en el pico.
Oscuro el ocaso apaga su fuego.
Serpientes de niebla se arrastran
envolviéndolo todo.
Las incipientes luces de las farolas,
tenues, iluminan su entorno.
Amontonadas ventanas
encienden sus interiores.
Se oye llorar a un niño.
Entre la escurridiza niebla
se siente la voz y la tos de un hombre.
Más tos que voz. Alternantes.
Al pasar por debajo de la farola
se ve que va solo. Habla con la tos.
Y esta le dice: coj, coj, coooooj...
Agarrado a la farola responde:
¡maldito catarro!