Es breve el tiempo para el cambio de las sombras
cuando en el cielo la abundancia es de nubes
y el sol,
sin la fuerza que lo caracteriza,
se mezcla y funde en un silencio nublado,
dispersando, así,
los grises de las sombras.
Impulsados por la generosa naturaleza
y entregados a todo lo que en ella acontece,
arroja una luz totalmente diferente a cada instante.
Observo el vacío que dejó una hoja de abedul.
Hace un rato se movía frenética ante un soplo de viento.
Ahora el vacío ni siquiera ha suplido el color que tenía.
Justo más abajo, en el suelo, junto a otras reposa.
