Cae lluvia, suave, escasa, ligera, en un cielo gris, sin presagiar nada, sobre el encendido bosque. Una hoja, en el resplandor de la vejez, sirve de cuenca a tan delicado caudal, que acariciando el valle llega sereno al ápice. Lentamente va creciendo y se deja caer en un vuelo enérgico, adentrándose en el espejo de igual naturaleza deformándolo. Hasta el infinito https://youtu.be/CgmZAppcvLA?si=jTr9HAWIF4wzrYPT

