Al fondo se va el murmullo de los vientos
en lo profundo del silencio: el silencio.
Se pasea por el tiempo, sin ruido,
ocupando el espacio, sin forma.
en parajes profundos donde no llega
el grito de angustia del hombre,
de sus amores, de sus risas, de sus llantos.
¡Silencio!
Escucha la protesta interminable,
acompaña a las lágrimas y al dolor,
al rechinar de dientes de la tortura
que supone una vida encadenada
a vivir sin presente y sin mañana.
Escucha la esperanza que nuevamente renace
del dolor de cada día.
¡Grita! ¡Hazte hombre!
Rompe el silencio y ¡hazte oír!